14 marzo 2011

Verano 2011




Los procesos de tipo viscoso plasmático del viento solar, someten a las placas tectónicas a fuertes compresiones y distensiones en mayor o menor medida dependiendo de la densidad y la temperatura de la magnetosfera, y se transmiten de unas zonas a otras a través del manto, provocando tensiones añadidas a la dinámica de las placas tectónicas disparando procesos sísmicos en las zonas estresadas. Estos efectos sobre la litosfera son de diferente intensidad en función de la posición de la Tierra en la órbita alrededor del Sol.

Al recibir estos bruscos cambios de presión, las capas de la corteza terrestre se comportan como una cama elástica flotando sobre el manto líquido y, al ser nuestro planeta como una pelota, la zona que recibe esta presión añadida se hunde y provoca la elevación de otras placas por transferencia de energía a través del manto, en un mecanismo flexible. Si alguna de estas zonas sísmicas se encuentra sobreexcitada, este movimiento provocará en un breve plazo un seísmo de alta magnitud. Estos procesos de tipo viscoso impulsan flujos de plasma hacia la misma región en capas atmosféricas de baja latitud, que son atravesadas por líneas de campo magnético cerradas.

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