Koen van den Broeck 1973
La geometría de la vida y la lírica de nuestro movimiento al caminar nos suele pasar desapercibidas. Es, con la obra de algunos artistas que poseen una visión diferente y hermenéutica del mundo, cuando nos hacen sentir que lo que está a nuestro alrededor palpita, existe, forma juegos geométricos sencillamente bellos o sencillamente regulares…
Todas estas características están presentes en la obra del pintor belga Koen Van den Broek, uno de los pintores europeos punteros. Para esta ocasión sigue con la serie de lienzos que representan aspectos de, o bien de las calles, aceras, esquinas de edificios, o bien de otros motivos siempre geométricos.
El creador va sacando fotos por la calle. Luego, más tarde, en su estudio juega con ellas hasta encontrar un motivo original a copiar. Como bien puede ser la intersección de una línea pintada en la acera con una alcantarilla, etc…Todo ello, aunque pueda parecer simple, conforma una obra singular. Mezcla de lo poético con lo urbano y lo minimal pictórico con la baja cultura. Muchas de estas pinturas están divididas verticalmente con una línea muy fina, creando la sensación de estar ante las páginas de un libro abierto en el lienzo.
Con ocasión de la nueva exposición dentro de la galería White Cube de Londres ha presentado esta última obra que lo aleja levemente de sus pinturas tempranas. Apenas utiliza ya los sombreados y ha abandonado definitivamente lo figurativo. El modelo geométrico y ortogonal es lo que prima en la obra. Está más cerca de Dan Flavin que de Rothko.
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