12 enero 2012

Cory Arcangel 1978 "estilo sucio"

Una de las cosas que más llama la atención del trabajo de Cory Arcángel es la increíble variedad de lo que hace y su desorden. Lo ha confesado él mismo en una entrevista:
“soy el clásico “multi-tasker”, de esos que han crecido viendo la televisión mientras hacían los deberes”.
Tiene un sitio web, mejor dicho, un blog, o mejor aún, un par de ellos, pero no son los mejores lugares para empezar a ver sus trabajos. Se define como programador, pero es sólo una de sus tantas identidades: profesor, músico, artista, performer, curador y (ocasionalmente) crítico de arte.
Algunas de estas cosas las hace como Cory, otras como miembro de uno de tantos grupos y colectivos a los que pertenece o con los que colabora ocasionalmente: Beige, il Contagious Media Group, The 8bit Construction Set, i Gay Beatles, RSG, Paperrad. Y a menudo los presenta como trabajos personales y colectivos.
Pero cuando consigue superar la confusión generada por links desfasados, trabajos ordenados de diferente manera, identidades múltiples…, se puede hacer un descubrimiento que resulta todavía más sorprendente: una rara coherencia, subterránea pero no por ello menos tenaz. Un hilo rojo trazado a punta de ratón, sucio y tembloroso como el “estilo sucio” que tanto le gusta, pero sólido, que resulta inconfundible en todo aquello que hace.
El amor por los “viejos sistemas” es uno de los fundamentos de esta coherencia. Podríamos hablar de “nostalgia”, y no hay ninguna duda de que la atracción retro-chic de su trabajo ha contribuido -junto a que es un irresistible performer- a hacerse alumno de la escena newyorkina, atraído por Jeffrey Deitch y por otras realidades privadas e institucionales.
Creo que el término adecuado para Cory Arcángel es “economía”. En una entrevista a John Bruneau ha declarado: “No me gustan estos viejos sistemas por nostalgia, sino porque son baratos y es fácil trabajar con ellos. Además se encuentran a medio camino entre el vídeo analógico y el digital.” Economía de conocimiento y de instrumentos, porque es mucho más rápido y sencillo aprender a modificar un viejo cartucho de Nintendo que cualquier instrumento reciente. Economía de espacio, de código, de bit, que en la época de la banda ancha le lleva a realizar trabajos muy poco pesados, a menudo por debajo de 32 k. Economía de referencia intelectual, que le lleva a declarar: “Me gustaría decir que hubo algún artista contemporáneo cuyo trabajo realmente me hizo reflexionar, pero últimamente lo único que he hecho ha sido intentar ordenar los 20 años de cultura basura televisiva que llenan mi cerebro.”
Cory Arcángel busca el máximo efecto con el mínimo esfuerzo y considera un valor “hacer lo menos posible”. Alexander Galloway, a propósito de “Data Diaries”, un trabajo que consistía simplemente en convencer a Quicktime de que el contenido de la memoria temporal de un ordenador fuera un archivo de video, ha escrito: “¿qué hizo Cory Arcángel con este pieza? Nada.
El ordenador hizo el trabajo y él solamente le dió forma. Su descubrimiento fue el siguiente: coje un archivo de datos enorme -en este caso el archivo de la memoria de tu ordenador- y haz creer a Quicktime que es un archivo de video. Después ejecuta play. La
memoria de tu ordenador ahora es video arte. El Quicktime lo reproduce entero sin saber que las rayas y el ruido de la pantalla son realmente los bits y bytes del propio cerebro del ordenador. Los datos siempre han estado justo delante de tus narices. Ahora puedes verlos.” Y entrevistado por Bruneau sobre la presunta pubertad de este trabajo, Arcángel responde: “La simplicidad es una baza, no un defecto…mira por ejemplo la obra de las nubes. Es muy simple. Cuanto más pequeña es la idea más contento estoy de ella.”
Ligereza, para Arcángel, quiere decir también superficialidad Pop. De ahí la constante negación de cada influencia artística que no sea contemporánea y no nazca de una relación de amistad; de ahí su amor apasionado por al televisión y por internet: “Soy un artista pop y toda la cultura pop me parece bien. Me encanta todo. Ahora no tengo tele, porque si la tuviera, estaría viéndola SIEMPRE!!!” Como en el Pop Art en esta superficialidad hay mucha ostentosidad, pero destaca el hecho que todos sus trabajos nacen del placer de hacerlos y de una concepción del arte como placer, diversión, pasatiempo. Es muy divertido escuchar el repaso que le hace a Hanne Mugaas de su infancia en Buffalo, donde empieza a hacer sus primeros videos junto con su hermana. Además, aclara las raices de esta concepción: “Lo primero de todo es que nunca había NADA que hacer, por eso tuve que buscarme entretenimientos y así es como terminé haciendo videos con mi hermana cuando éramos pequeños. Creo que esto es bastante común. De todas formas, Buffalo tiene esta rara cultura de vídeo arte. En los 70 todos esos chiflados del vídeo arte neoyorquinos se mudaron allí para dar clase en la universidad. Entre ellos estaban Stan y Woody Vasulka […] y Tony Conrad […] El trabajo de estos artistas realmente definió la identidad artística de la ciudad. Recuerdo estar viendo la tele cuando era más joven y ver esos vídeos raros, minimalistas, de campos de colores por la noche. Es difícil expresarlo, pero creciendo allí nunca ví raro hacer un vídeo a cámara lenta de 15 minutos. Nadie me dijo que eso fuera raro, …veía cosas así en la tele pública todo el rato, así que hasta que me mudé, no me enteré de que esos eran vídeos ‘de arte’!”

Una vez dejado Buffalo, se traslada a New York, donde estudia guitarra clásica en Hoberlin. “Beige” nace alrededor de 1997, en los últimos años de conservatorio, y constituye la base “comunitaria” en la que se coloca toda su actividad sucesiva. Nominalmente, el grupo fundado por Cory Arcángel con Joe Beuckman, Joe Bonn y Paul B. Davis, es un colectivo de programadores, pero también un grupo musical y una pequeña casa discográfica. “Después de algunos discos, todos empezamos a hacer algunas cosas realmente extrañas, y terminamos saliendo de este mundo para meternos en el pirateo de hardware, el video-arte o la bisutería [no vemos ninguna diferencia entre el trabajo de audio y el visual], así que nos acuñamos el nombre de BEIGE como si fuera un paraguas que describía todo lo que hacíamos.”

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